De SERGIO CANO

27 enero 2006

CRASO ERROR

Éramos pocos y parió la abuela: llega Tejero y, después de no sé cuantos años, abre el pico y hace que suba el pan. Suponen sus manifestaciones un problema añadido para el PP. Y es que las cosas, desde que ZP llegara a un acuerdo con CiU, parecen haber empeorado para los de Rajoy: se quedan, junto a la ERC de Carod Rovira, solos en su oposición a un Estatut que no disgusta al PP catalán y que entra en su fase final. Un contertulio de Onda Cero decía este viernes que estos días, con el acuerdo alcanzado entre Gobierno y CiU, hemos asistido a la victoria de Zapatero sobre Rajoy, de Artur Mas sobre Carod Rovira y de Montilla sobre Maragall. Pero hay otro político que, casi derrotado (presentó su dimisión y no se le aceptó), agota sus últimos cartuchos: Piqué.
Las manifestaciones de Tejero pidiendo un referéndum incomodan y dejan en una posición complicada la última ocurrencia de los populares de pedir una consulta de apoyo al texto catalán, medida incomprensible, errática, inconstitucional y de posibles consecuencias impredecibles.
En estos momentos de tenso, y más que tenso, debate político me surgen una serie de cuestiones: ¿Por qué el PP se empeña en seguir azuzando la espiral de crispación con la recogida de firmas pidiendo un referéndum sobre el, tan traído y llevado, Estatut? ¿Por qué, si es i-n-c-o-n-s-t-i-t-u-c-i-o-n-a-l, “neoultradefensores de la Constitución”? Pero insisto: ¿por qué utilizan la misma fórmula que quería utilizar Ibarretxe en el País Vasco para aprobar su famoso “plan”, o sea un referéndum ilegal, penado con la cárcel?
Y, ya de paso, aprovechando: ¿por qué el partido que gobernó España hasta el 14-M no convocó un referéndum en el año 2003 para comprobar si el pueblo español estaba a favor o en contra del envío de tropas a Irak?

20 enero 2006

EL CAMINO AL CENTRO

Ahhhh el centro!!!!, ese morrocotudo espacio político espectral al que hace años los populares invocaron como señal inequívoca de renovación, de modernización, de europeización. Cambiaron, y todo, de nombre, de look. Algunos hasta se afeitaron el bigotín. Eran tiempos de carrera hacia el centro: un partido ¿de centro?, ¿o acaso no será de centro-derecha?, ¿por qué no centro-reformista?, ¿derecha liberal?... Bla, bla, bla. ¡Hablemos catalán en la intimidad!, ¡negociemos la paz con el “Movimiento de Liberación Nacional Vasco?”!...
En esto que, hace unos días, salta como un resorte el general Mena con todo eso que ya sabemos: ruido de sables, cuidadín que con el ejército no se tontea... Don Gabriel Elorriaga, muy de centro él, le comprende. ¿No habíamos quedado que los militares de política ni “mú”, que ya saben las reglas del juego cuando deciden dedicarse a este oficio, que siempre se han metido en política la han liado?
Pero claro, como para todo hay una explicación, para este camino de perversión antidemocrática también; leo en el blog del periodista Antonio Fraguas (
La Fragua), y coincido con su tesis: “Es el PP el que está dando esa sensación de desestabilización. Algunos militares han creído lo que dice el PP, y se han puesto nerviosos. Que guarde silencio el PP, y lo guardarán esos militares díscolos”. Pero por supuesto, y contra lo que sería lo deseable, ellos a lo suyo, erre que erre, que si se descuartiza España, que si el gobierno quiere demoler España, que si Expaña… Y el legionario González Calderón insinúa en presentarse en Madrid con su tropa (1ª Compañía de la I Bandera "Comandante Franco" del Tercio Gran Capitán Primero de la Legión).
Tenemos, los demócratas (los de verdad), motivos para preocuparnos viendo a unos políticos, y sus voceros mediáticos, empeñados en seguir con su discurso falto de argumentos, falaz, incendiario, revanchista y desestabilizador. Porque aunque el centro político no existe, sí existe la mesura, la cordura, el talante (que no es patrimonio exclusivo de ZP) y la legalidad, en definitiva.
Y espero que el centro, el de verdad, el que sí existe, el sociológico, el democrático, no consiga ser objeto de excitación por estos irresponsables. Por lo menos, para desgracia de Acebes, Zaplana, Rouco Varela y Losantos, hoy por hoy a pie de calle la gente normal, que son mayoría, sigue creyendo en el sistema, continúan haciendo su vida normal.
Porque España, este país plural donde cabemos todos, no está rompiéndose.

02 enero 2006

BARREDA

Es paradójico. Ahora que estamos inmersos en una campaña de constantes invectivas lanzadas desde el PP y medios afines o satélites del partido de Génova 13 hacia el PSOE castellano-manchego y particularmente hacia el presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, José María Barreda. Ahora que se miden y examinan sus palabras y los silencios, muy especialmente en lo referido a la enorme tragedia humana y ecológica consecuencia del incendio de Guadalajara. Ahora que muchos analistas (¿?) políticos cantan, convencidísimos, la superioridad, la supuesta futura superioridad de cualquier posible candidato del Partido Popular en Castilla-La Mancha (véanse Molina o Ballesteros, nombres ya barajados) frente al actual Presidente de la Junta. Ahora que los populares deberían estar recogiendo los frutos de una colosal erosión política que ya debería mostrarse nítidamente, un cataclismo electoral que, según expresan algunos (lo mismo decían cuando el “error” Suárez Illana) les pone en condiciones de alcanzar el Palacio de Fuensalida. Es ahora, cuando, si se celebrasen elecciones regionales el PSOE, Barreda (que sería la primera ocasión en la que concurriese como líder regional), volvería a imponerse frente al PP. Así lo revela una encuesta realizada por Demoscopia para el diario La Tribuna.
El sondeo, publicado durante los días 29 y 30 de diciembre deja ver que el PSOE se impondría con un 53,7% de los votos sobre un 42% de los populares que traducido en escaños es una horquilla de entre 28 y 26 escaños, frente a una de 19-21 para el Partido Popular. El desgaste, que sí es tal (fue un 57,81% frente al 36,7%, en 2003), tiene varias explicaciones. Evidentemente, la catástrofe de Guadalajara ha hecho mella en la valoración que los castellano-manchegos hacen de la Junta de Comunidades, pero, seguro que queda ampliamente por debajo de la pronosticada por el PP hace meses. Parece ser que mucha demagogia y pocos argumentos no han servido a los populares para afianzarse a día de hoy como una clara opción ganadora en Castilla-La Mancha. Otra explicación se encontraría en el hecho de que no sea José Bono el candidato socialista en las futuras elecciones, aunque el 60% de los votantes del PSOE han acogido el cambio con entusiasmo. Por último, no hay que olvidar que los resultados del PSOE en las últimas elecciones fueron los mejores de su historia en la región y a partir de ahí parece que solo es posible bajar.
Este ya pasado 2005 un año especialmente cruel en Castilla-La Mancha. El problema del agua, siempre presente, ha adquirido un protagonismo especial y la Junta de Comunidades sí que ha mostrado un compromiso firme, a veces en contra del Gobierno central, en defensa de los intereses en esta región. El PP ha jugado con cierta ambigüedad en este aspecto y supongo que ver a Mariano Rajoy (declarado persona non grata en Castilla-La Mancha) apoyando a Murcia en la manifestación del pasado verano no debió de hacer mucha gracia entre las filas populares castellano-manchegas.
Otro factor que juega en contra de los populares manchegos es la indecisión a la hora de elegir un candidato. Aunque la mayoría de las apuestas miran hacia Molina eso podría suponer la pérdida de su mejor candidato a la alcaldía de Toledo, un punto de poder que no quieren perder. Sobre otros candidatos poco se puede decir porque su desconocimiento podría desembocar en algo similar a lo del “error” Suárez Illana, quien pasará a la historia por dos cosas: obtener los peores resultados de la historia del PP en Castilla-La Mancha y su subsiguiente, vergonzosa, e irrespetuosa espantada de la región dejando a los populares manchegos con una mano delante y otra detrás.
Las cartas, a dos años de las elecciones, están sobre la mesa: José María Barreda y su equipo reciben un 6,5 de nota a su gestión mientras que el PP, sin candidato, se emponzoña en explotar al máximo (con escasos resultados) la tragedia del pasado verano.
La política, la de verdad, aunque sea mejorable, siempre está en condiciones de convencer.