De SERGIO CANO

06 julio 2005

TERREMOTO EN GÉNOVA

Sinceramente, no entiendo que ahora Piqué salga retractándose de lo dicho ayer sobre que Zaplana y Acebes forman parte del pasado del Partido Popular. Si lo dijo es porque lo piensa. Si lo piensa es que algo gordo se aproxima en el PP.
No entiendo que ayer cuando en los medios de comunicación hizo esas afirmaciones, no sopesara la tormenta que iba a desatar en el seno de Génova 13. Y no lo comprendo, insisto, porque en esta casa, tras la espiral de derrotas electorales que dejan un poso de frustración y crispación constante (como día a día se demuestra de puertas afuera y puertas adentro), tras los desencuentros entre pesos pesados como Camps y Zaplana o Gallardón y Aguirre, tras la persistente puesta en cuestión del liderazgo de Rajoy y, especialmente, tras perder el gran bastión de la derecha, el granero de votos, que es Galicia con sus consecuentes problemas de sucesión (que vienen, pronto, y con una fuerza aún por determinar), un político del calibre de Josep Piqué si quiera especulase con la posibilidad que cuestionar al número 2 y número 3 (y se lee entre líneas que al número 1) del PP, abriese la Caja de Pandora entre los populares. Como no es nuevo Piqué en esto de la política, como ha sido Ministro de Asuntos Exteriores haciendo del lenguaje diplomático su herramienta, y como ha ocupado el cargo de Portavoz del Gobierno de Aznar, vuelvo a insistir, no creo que fuese una simple metedura de pata, sino la punta de un iceberg que encierra algo más que rencillas y malentendidos.
Y es que en el poder todo es una piña, parece sólido, unido, garantía de estabilidad, pero en la oposición… Desde luego, este es un paso más hacia cambios de caras y de estrategias en el PP: ¿salpicará esto a corto plazo a la primera línea de la cúpula popular (los aludidos por Piqué)?, o por el contrario ¿habrá cavado el propio Piqué su propia tumba?, ¿supondrá esto un punto de inflexión en un retorno al centro-derecha, de momento abandonado, o seguirá el PP instalado en posiciones ultraconservadoras y convulsas?. Habrá movimientos seguro, aunque los grados en la Escala Richter aún están por medir.
En fin, no es oro todo lo que relucía hace algo más de un año entre los peperos.